A finales del 2016 las porras o porrismo fue declarado deporte olímpico provisional. Así, cuando anteriormente se veía a los porristas como “animadores”, pronto podrían convertirse en la especialidad olímpica número 37. Esto no es sorpresa, pues para ser porrista hay que poseer el espíritu de campeones que muchos deportes de equipo desearían tener.
Así que las chicas que fuimos parte de un escuadrón de animación podemos entender lo hermoso de esta disciplina y lo mucho que puede llegar a cambiar tu vida. Aquí tienes 24 momentos que jamás olvidarán quienes fueron parte de un equipo de porristas.
1. Ser parte de un equipo de porristas es todo un compromiso
Regla número uno: nunca te integres a un equipo de porristas si no sabes de puntualidad, responsabilidad y trabajo en equipo.
2. Al principio no es nada fácil
Expectativa: mirarte como porrista profesional de la NFL.
Realidad: de pronto tu cuerpo decide que eso de la coordinación tal vez no es lo suyo.
3. Siempre hay alguien abajo de ti que te mira TODO
Con el tiempo pierdes la pena y te concentras más en lograr altura y presentar tus mejores baskets.
4. Tu primer split te hace llorar
Duele mucho lograr tu primer split, pero cuando lo dominas se vuelve cada vez más sencillo y divertido tu entrenamiento… ¡Hola, arco y flecha; hola, stretch!
5. Comienzas a olvidarte de fiestas y de tu familia
De pronto, la única familia con la que ríes, peleas, convives y te apoyas es tu equipo de porristas.
6. Empiezas a encariñarte con todos en tu equipo
Desde chicas, hombres y tus entrenadores. Todos se vuelven cómplices en una misma meta: ¡ser los mejores siempre!
7. Cualquier lugar es perfecto para practicar
Imposible salir de día de campo con tus amigas del equipo y no sacar la idea de intentar una que otra pirámide.
8. La primera vez que vuelas es lo máximo
Es como subirte a un juego mecánico: sientes adrenalina y entre más alto llegas más puedes demostrar tus mejores movimientos.
9. Morías de celos cuando tu novio cargaba a otra porrista
Alerta spoiler: tener un novio dentro de tu misma escuadra de porristas tiene pros y contras MUY marcados.
10. Superas eso de salir mal en un action moment
Action moments son aquellas fotos donde sales en plena acción, ejecutando tus mejores movimientos. Todas tuvimos una foto de este tipo donde perdimos un poco de glamour.
11. De pronto te obsesionas con estas lycras
Todas nos obsesionamos con los mallones cortos de Nike que hacen tu vida de porrista más sencilla y con estilo.
12. Practicar durante tu periodo puede ser difícil
Todo es risas y diversión hasta que tu entrenador te pide que calientes y estires en alguno de esos días en que estás en tu periodo. Con el tiempo te acostumbras y no hay nada que un tampón y unos leggins no puedan arreglar.
13. Las prácticas pueden ser mortales
Y terminas con el cuerpo hecho un rompecabezas.
14. Sobre todo si no fue un buen día y alguien te dejó caer
A veces puede ser tu culpa porque no te concentras y te pones algo dura en tus movimientos; pero cuando sabes que la persona que allá abajo tenía que atraparte no puso suficiente fuerza o entró mal en sus cuentas…
15. Pero todo vale la pena cuando se acerca un campeonato
Una vez que tu equipo califica para los concursos nacionales, el esfuerzo comienza a rendir frutos.
16. Viajas a otros lugares
¿El mejor destino para un campeonato de porristas? ¡La playa!
17. Te reencuentras con amigos de campeonatos anteriores
Sí, es una competencia, pero también haces grandes amigos a quienes les apasiona ser porrista, al igual que a ti.
18. Te vuelves experta en peinados
Hasta el más mínimo detalle es TODO un trabajo en equipo.
19. Siempre hay una porrista que las maquilla a todas
Porque es la que más sabe de makeup, sin embargo, es la última que puede arreglarse y generalmente no queda tan bien como las demás. Es un trabajo difícil, pero alguien debe hacerlo.
20. Sus moños son casi el santo grial de toda porrista
Los guardamos, los atesoramos, tenemos demasiados recuerdos con ellos; nadie se mete con el moño de una porrista y sale vivo para contarlo.
21. Duras horas tras bambalinas durante las competencias
Horas y horas para subir allá arriba y solo estar ahí por un máximo de 2 minutos y medio.
22. Los escenarios pueden ser enormes e intimidantes
A veces compites en lugares muy grandes y eso puede ponerte nerviosa, pero la emoción de estar ahí mata todo temor y solo te da la adrenalina que necesitas para hacer lo que mejor sabes.
23. Cuesta, duele y se sufre… pero ¿y cuando ganas?
Cuando ganas es la MEJOR sensación del mundo. Todo el esfuerzo vale la pena en el momento en que los jueces dicen el nombre de tu escuadrón de porristas.
24. Ser porrista es tener pasión por ganar
El ritmo, la energía, la condición física, la concentración; esas elevaciones, baskets, gimnasia, pantalla y rutinas de baile… solo las puede dominar un porrista con genuina pasión por su deporte.