Si el gusto por tomar café -así como por la cerveza- es muy dominante, no hay que alarmarse, no es culpa del consumidor sino de los padres.
Marilyn Cornelis, científica de la Universidad de Northwestern, realizó un estudio y el resultado fue que la preferencia por tales bebidas tiene que ver con la genética y eso está relacionado con los componentes psicoactivos de estas bebidas, es decir, que al beber café y cerveza las personas se sienten bien y esa es la razón por la que siguen consumiendo.
En el estudio hubo clasificación en bebidas amargas y dulces, y participaron aproximadamente 336 mil personas que probaron ciertas porciones. Luego, Cornelis emprendió la búsqueda de variantes a nivel genético que podrían tener que ver con la selección en el gusto por ciertos sabores, y encontró que las variantes con el gen FTO “prefieren” bebidas de azúcar y además tienen menos riesgo de obesidad, es decir, que no necesariamente los que poseen dicho gen deben tener sobrepeso.
Es importante mencionar que dicho gen es común en la obesidad mórbida y se atribuye preferentemente al perfil genético individual.
En la revista digital www.medigraphic.org.mx, en el 2013 se publicó el artículo Influencia genética en las preferencias alimentarias, en donde se explican los factores genéticos, ambientales y genes para determinados sabores.
Así que si les gusta la forma en que el café o el alcohol los hace sentir, deben saber que lo beben por lo dicho anteriormente y no por el sabor espumeante.
