Típico: después de años y años de gritar a los cuatro vientos que quieres ser independiente y vivir por tu cuenta, llega el esperado día y finalmente te vas.
Todo marcha de maravilla y en esa vorágine de nuevas experiencias y aventuras, un día descubres que estás un poco triste porque extrañas a tu mamá un poco más de lo que desearías admitir. Especialmente en momentos como estos:
1. Pasar el día de la madre, tu cumpleaños o el suyo lejos son LO PEOR
2. ¡Ni hablar de la Navidad!
3. No hay palabras para describir lo que la extrañas cuando te enfermas
4. Te das cuenta de que cocinar no es tan fácil
5. Y le llamas todo el tiempo para pedirle recetas
6. O cualquier tipo de consejos, porque ella sabe todo
7. Cree que puedes hablar por Skype o Facetime tooodo el tiempo
8. Llena de ‘me gusta’ cada una de tus publicaciones en Facebook
9. Y cuando algo no le gusta, te lo hace saber de inmediato
10. Cuando pasas mucho tiempo sin verla, te da el Síndrome de Abstinencia Materno
11. Y a veces la evitas, porque hablar con ella es muy doloroso
12. Nunca olvidarás su mirada cuando le dijiste que te mudabas
13. O cuando se despidió de ti
14. ¡Todo era tan emocionante!
15. Ese sentimiento incomparable de independencia te duró 3 días
16. Y después fue todo como: “¿¡Qué!?”
17. Y ahí estás, luego de clamar media vida por tu independencia, lloriqueando
18. Aunque también te extraña como loca, siempre te da ánimos
19. Y te dice lo orgullosa que está de ti
20. Cuando te dice que irá a visitarte no hay mayor emoción
21. Aunque también te da un poco de nervios llorar cuando la veas
22. Pero te gana la emoción
23. Y lloras como nena
24. Porque el amor de una madre es lo mejor
25. De verdad, ¡las mamás son geniales!
