¿Qué soy para ti?, me he estado preguntando. Y al responderme he llegado a la conclusión de que he estado tratando de sostener una relación que parece ni siquiera existir; un compromiso que no se ve, un amor que no entrega. Y a una persona que ni siquiera está del todo ahí.
Y aunque duele, es mejor saber esto que conformarse con alguien que es capaz de llevarnos al punto de cuestionarnos nuestro valor. Nadie debería tener esa clase de poder sobre ti.
Lo más triste es que este tipo de personas nunca aparecen como si fueran el diablo. Una día llegan como una persona realmente dulce y cariñosa, que muestra interés en todo lo que haces. Es gracioso cómo estas personas pueden mostrarse interesadas sin siquiera saber nada de ti.
¿Lo ves? Hay una diferencia entre alguien que te dice que te extraña y alguien que te extraña realmente. Hay una delgada línea entre aquel que tiene tiempo para ti y aquel que hace tiempo para ti. Hay una regla no escrita entre aquel para quien eres prioridad y aquel que busca el tiempo más le conviene para estar contigo. Estas son la clase de cosas que me ha tomado un corazón roto entender.
Todos necesitamos entender que el hecho de que alguien te ponga en primer lugar no es pedir demasiado. Es simplemente reconocer cuánto vales.
Y ahora, creo que la pregunta correcta habría sido desde un principio “¿qué soy yo para mí?”. Entonces la respuesta se vuelve clara:
Valgo más que un simple ‘lo intentaré’. Merezco más que un simple ‘te extraño’ por mensaje. Tengo mucho más potencial que eso. Y tú, tú necesitas quererme tanto en tu vida como para hacer algo que asegure que yo me quede ahí.
Hasta entonces, se que estaré perfectamente bien sin alguien que ni siquiera puede ver realmente cuánto valgo.