Cuando iniciamos una relación, todas tenemos ciertas expectativas: ser felices, disfrutar del tiempo con nuestra pareja o, simplemente, sentirnos especiales. Pero con el tiempo nos damos cuenta de que algunas no se cumplen, otras sobrepasan la idea original y unas más quedan en el olvido.
Desgraciadamente, cuando esas expectativas pasan a segundo término nos sentimos defraudadas y llega el momento de analizar la situación y darnos cuenta de que tal vez sea mejor decir adiós…
“Se suponía que viviríamos juntos toda la vida, que la felicidad del otro sería nuestra principal tarea, pero con el tiempo al parecer todo se enfría: poco a poco vas alejándote más de mí, cada vez es menos el tiempo que tienes disponible para estar conmigo y tu distancia también me ha ido helando el corazón, a grado tal que algunas veces me pregunto si aún te amo o es solo la costumbre lo que nos mantiene “unidos”, si seguimos teniendo una relación o es todo producto de una fantasía que no hemos querido aceptar que ya terminó.
Por otro lado, mis ganas de amar no han disminuido, por el contrario, siento una inmensa necesidad de sentirme amada y apreciada por alguien; siento que mi corazón se acelera, pero ya no es por ti, el espacio que había entre nosotros se ha convertido en un inmenso vacío que nos ha separado de tal modo que no creo que podamos volver a unirnos. Estamos juntos pero solos en realidad y nuestra juventud se escapa como agua entre los dedos, y de alguna manera siento que ya no quiero continuar así.
Como si fuera un capricho del destino, apareció alguien nuevo frente a mí, alguien que irradia felicidad, confianza y locura; alguien digno de admirar en muchos sentidos; alguien que trajo agua nueva a mi molino y que me hizo olvidarme por completo de ti, a tal grado que ya no tengo ningún reparo en decírtelo, prefiero hacerlo y terminar con todo esto antes de caer en la tentación de lo prohibido y comenzar una doble vida.
A pesar de que todo lo nuestro se ha deteriorado a tal grado, no quiero faltarle al respeto a lo que fuimos alguna vez. Quiero decirte las cosas de frente y que lo sepas por mí antes que por alguien más. Te dejo, y lo hago porque hace tiempo que lo nuestro se enfrió. Te dejo y la verdad es que es por alguien más, pero te dejo antes de estar con él, porque no quiero serte infiel ni siquiera justo antes de decir adiós.
Me has pedido que te dé otra oportunidad, pero la verdad es que te di muchas, una cada día que estuvimos juntos, ¿recuerdas cuántas oportunidades tuviste de cambiar y no lo hiciste? Sinceramente ya no quiero perder un minuto más a tu lado. Te agradezco por los buenos momentos, pero sinceramente fueron pocos comparados con los momentos en que no estuviste por estar con los amigos o en cualquier otro lugar que siempre parecía ser mejor que a mi lado.
Lo único que me resta decirte es que espero que aprendas a valorar a quien tienes a tu lado, antes de que alguien más lo haga por ti”.