He llegado a la conclusión de que si he sufrido por tu amor ha sido mi culpa, porque fui yo la que a pesar de saber que no me amabas y no estabas completamente convencido de estar a mi lado, te dejé entrar en mi vida y te di un lugar privilegiado.
Siempre tuve la esperanza de que cuando me conocieras, cuando realmente descubrieras quién soy, te enamoraras perdidamente de mí. Pero bien dicen que lo que mal empieza, mal acaba, y con nosotros no fue diferente.
Admito que me dolió cuando, sin darme explicaciones, te alejaste de mi vida. Y me destruyó más enterarme de que había alguien más por quien sí estabas dispuesto a hacer cualquier cosa, lo que nunca quisiste hacer por mí.
Las noches que pasé llorando por ti me hicieron comprender que la única culpable fui yo, nunca debí haber dejado que mis ilusiones llegaran tan lejos, pero en cuestiones del corazón no se manda, ocurre sin esperarlo, y ahora es necesario que me haga responsable del error que cometí.
Espero que la persona que está a tu lado te ame y te cuide tanto como yo quería hacerlo; que sea la mujer de tus sueños y lo que tanto deseaste, y de todo corazón les deseo toda la felicidad del mundo.
Pero no te perdono que me hayas utilizado y me hayas dejado como tu segunda opción. No puedo creer que me dieras falsas ilusiones, únicamente para pasar el rato y llenar tus momentos de soledad. Por eso te pido que si algún día me extrañas, si en algún momento te das cuenta de que yo era la mujer de tu vida, te sigas de largo y no regreses, porque no habrá una segunda oportunidad.
No soy, y nunca seré, la otra de nadie. Así que por haberme hecho entender lo que valgo y lo que merezco, te agradezco que hayas sido una gran prueba, porque me hiciste más fuerte y selectiva, porque me enseñaste que no puedo conformarme con las migajas. Ahora sé que un hombre nunca va a cambiar, así que esperaré con paciencia a que llegue alguien que sí me quiera en su vida y no tenga que rogarle por un poco de su tiempo.
Gracias por darme la oportunidad de encontrar a alguien mejor que tú, porque hombres hay muchos, y sé que algún día hallaré a uno de verdad que me hará sentir feliz y segura. Adiós para siempre, y recuerda que debes vivir con las consecuencias de tus decisiones.